Sus títulos se han revalorizado más de un 25% desde diciembre, y tienen un potencial superior al 30%. La aerolínea espera casi triplicar los beneficios que obtuvo en 2011, con una cifra de 2.045 millones de dólares.

Un ejemplo de superación. Así se puede definir la historia de Delta Airlines, la segunda aerolínea estadounidense que está presente, junto a United Continental, en el Eco30, la estrategia de inversión que realiza elEconomista con los valores internacionales que presentan unos fundamentales más sólidos.

Esta aerolínea, con sede en Atlanta, figura entre las compañías más admiradas del mundo, según la reconocida lista que elabora la revista Fortune, y es que sus cifras asombran. Delta Airlines ofrece sus servicios a 357 destinos en 67 países a través de seis continentes. Y, además, cuenta con la segunda recomendación de compra más clara de toda la estrategia.

En el último año, sus éxitos también se han reflejado en sus beneficios. Delta Airlines cerró 2011 con un resultado neto de 854 millones de dólares (652,5 millones de euros), un 44% más respecto al año anterior gracias al aumento en el precio de los billetes, que permitió a la aerolínea compensar el aumento en el precio del combustible.

Hasta aquí, y sin conocer más datos, nada hace presagiar que su historia no fue siempre un camino de rosas. En 2005, el gigante estadounidense atravesó graves problemas financieros -acumuló pérdidas de 7.500 millones de dólares entre 2001 y 2005- que le llevaron a acogerse a la ley de bancarrota, una normativa que permite a las empresas con dificultades protegerse contra los acreedores mientras reestructuran sus finanzas. Los elevados costes operativos, el alto precio del petróleo y el incremento de la competencia de las líneas de bajo coste fueron algunas de las causas que llevaron a Delta Airlines a eliminar 6.000 puestos de trabajos, ahorrando así 1.000 millones de dólares al año, y a recortar su capacidad en el mercado nacional para añadir 60 nuevas rutas internacionales. Tales esfuerzos le permitieron dos años más tarde, en 2007, salir del estado de protección de quiebras, tras completar un programa de reestructuración de 3.000 millones de dólares.

Desde entonces, su suerte ha cambiado. Ya lo anunció su consejero delegado, Gerald Grinstein, cuando afirmó que salir de la bancarrota no era el final del viaje, sino el comienzo de una nueva y próspera etapa. Y así ha sido, aunque no sin dificultades, ya que en 2008 los números rojos volvieron a su balance hasta que en abril se fusionó con la aerolínea Nortwest, convirtiéndose en la más grande del mundo.

Después de incrementar sus ganancias un 44% en 2011, su responsable financiero, Richard Anderson, subrayó que “en 2012 continuará el compromiso de obtener una rentabilidad sostenida, gracias a la diversificación de sus ingresos”. Una declaración que concuerda con las estimaciones de ganancias que el consenso de mercado recogido por FactSet otorga a la aerolínea, que prevé que a cierre de 2012 logre un beneficio neto de 2.045 millones de dólares (1.545 millones de euros), es decir, casi tres veces más que lo que obtuvo en 2011.

Al mismo tiempo, los expertos estiman que su deuda se reducirá este año un 20 por ciento, hasta los 8.221 millones de dólares. En bolsa, sus títulos han ganado más de un 27% desde el 15 de diciembre, y los expertos siguen viendo recorrido en el valor, ya que le otorgan un potencial alcista a 12 meses superior al 30%.

Fuente: www.eleconomista.es