Foto: Enos Moura Filho
Miles de pasajeros se quedaron en tierra en varios aeropuertos españoles este sábado después de que la compañía aérea Spanair anunciase el viernes su cese de actividades y la anulación de todos su vuelos.
“Ante la falta de visibilidad financiera para los próximos meses”, y “como medida de prudencia y seguridad” Spanair anunció en un comunicado publicado el viernes poco antes de las 21H30 local (20H30 GMT) “el cese de las operaciones a partir de esta noche” (del viernes).
Spanair operaba fundamentalmente líneas entre España y Europa. Su último vuelo aterrizó al viernes a las 22H00 horas, dejando a sus competidores Iberia, Vueling y Easyjet que se encargasen de sus pasajeros. Según la prensa española, al menos 22.000 pasajeros se verán
afectados, sólo durante el fin de semana, por el súbito cierre de la compañía, aunque ningún responsable de Spanair confirmó la cifra.
Las autoridades aeroportuarias (AENA) explicaron que la situación era normal en el aeropuertos de Madrid-Barajas, donde los clientes de Spanair fueron acogidos en salones especiales y “otras compañías se hicieron cargo de los pasajeros”, según un portavoz de AENA.
El gobierno español anunció este sábado que tomará medidas disciplinarias contra Spanair, quien podría ser multada con hasta nueve millones de euros por haber infringido la legislación en materia de continuidad del servicio y de derechos de los pasajeros.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció que su departamento notificará este sábado a la compañía “el inicio de un procedimiento sancionador por dos infracciones muy graves de la Ley de Seguridad Aérea, que podrían acarrear una multa de hasta 4,5 millones de euros cada
una, así como la retirada de la licencia”.
Creada en 1996, Spanair precisó que tomó la decisión de cesar sus actividades después de que fracasaran las negociaciones con la aerolínea Qatar Airways en vistas de una eventual alianza financiera.
El presidente de la compañía, Ferran Soriano, declaró al canal público TVE que el gobierno regional de Cataluña (noreste), accionista de Spanair, había decidido además no financiar más a la compañía, en el marco de fuertes recortes presupuestarios por la crisis. La compañía se vio afectada
en agosto de 2008 por el accidente de uno de sus aviones en el aeropuerto de Madrid-Barajas, que se estrelló al despegar, dejando un balance de 154 muertos. Ese año se vio obligada a un plan de reestructuración que se tradujo en el despido de 1.100 de sus 4.000 empleados.
Autor: Univisión
Fuente: http://feeds.univision.com